Economato de Puchoco-Schwager: ¿Qué pasó con el corazón comercial del pueblo minero?

Construido por la Compañía Carbonífera Schwager, el Economato de Puchoco-Schwager fue un punto clave en la vida del campamento minero de Coronel. De estilo funcional y estructura de hormigón armado, albergó la tienda de abastecimiento para los trabajadores y sus familias, formando parte del núcleo cívico junto a la iglesia y la escuela. Hoy es un Monumento Histórico que refleja el pasado industrial y social del carbón en Chile.
Según el texto “Historia del barrio Puchoco-Schwager”, del programa recuperación de barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo del año 2011, hoy en día, el antiguo “Economato” sería para la comunidad como un pequeño mall o centro comercial.
En el texto también se menciona que se encontraba “completamente equipado, de dos pisos, donde podrías encontrar línea blanca, menaje, sastreria y zapateria, todo lo necesario se encontraba ahí. El Economato era un establecimiento que se dedicaba a la distribución y venta de artículos de consumo a los obreros, sin embargo, fueron suprimidos junto con el sistema de fichas, eran los herederos de las pulperías”.
También, según el presente documento, en su interior, existía un mercado el cual surtía con productos frescos a los vecinos, como frutas y verduras, mariscos y pescados, contaba además con una “Fuente de Soda” en la cual se podían disfrutar helados y refrescos.
Junto a sitios históricos como El Gimnasio Puchoco, La Casa de Huéspedes de Maule o Los Hornos Comunitarios, el Economato forma parte fundamental de la formación de la identidad carbonifera de Schwager. Hoy, tras el paso del tiempo, de aquel pasado brillante de comercio y carbón, solo quedan ruinas.
Diversas historias son las que se forjaron alrededor de este edificio patrimonial, Rodrigo Alarcón comenta que “recuerdo del economato de schwager cuando mis padres iban a hacer el pedido mensual, era el único supermercado de la zona, por asi decirlo, ya que el concepto de supermercado como lo conocemos ahora, aun no existía a fines de los 70, mi recuerdo es ya cuando estaba en decadencia este negocio, porque solo funcionaba como almacén de víveres, las demás actividades clásicas que ahí ocurrían ya no estaban”.

Además de su importante aporte a la realización del comercio de la época, el Economato de Puchoco Schwager colaboraba en las actividades turísticas propias de la época. Lo que hoy lleva al cuestionamiento ¿cómo se puede recuperar, hoy en día un espacio de tal importancia para el sector?
Guillermo Fuica, Licenciado en Educación y comunicador audiovisual señala que el espacio puede tomar una nueva vida “haciendo estudios de habitabilidad y comprometiendo recursos públicos y privados en la recuperación de este espacio, ya sea como museo de sitio y de emprendedores locales, con un sello principalmente patrimonial, con profesionales con las competencias necesarias para el resurgimiento cultural de la actividad minera, no solo como algo turístico ocasional, sino por el impacto y sello identitario de una zona con profunda raíz sociocultural, que fue consecuencia de más un siglo de actividad extractiva carbonífera”.
Considerando las limitaciones propias del tiempo y la complejidad de la situación actual de las ruinas de este edificio patrimonial es que han nacido durante los últimos años diversas propuestas para trabajar en su posible restauración o su definitiva transformación. En algún momento, se especuló mucho sobre la posibilidad de demoler el Economato por completo. Situación que tanto autoridades locales como la comunidad rechazaron rotundamente. En ese entonces los argumentos que abogaban para que la estructura fuera destruida, señalaban que su estado de deterioro podría terminar en un accidente faltal si llegaba a derrumbarse.

Finalmente, esta opción se declinó, y hasta hoy no existe un plan que permita que el Economato pueda tener un destino sellado y seguro. Por su parte, sobre esta situación Alarcón señala que “siendo realistas esas condiciones óptimas no se están dando por lo que una demolición es lo más lógico, pero con esa idea de demolición se abre un abanico de posibilidades siempre que el estado esté dispuesto a construir un edificio nuevo reproduciendo el clásico”.
Hoy, entre las huellas del paso del tiempo por sus paredes, este patrimonio sigue con algo de vida. En medio de sus muros desgastados y que podrían caer en cualquier momento, aún atienden pequeños negocios, que con esfuerzo y dedicación mantienen encendida la memoria de lo que algún día fue el Economato. Sus ruinas son testimonio de una historia que se niega a desaparecer y si bien, Coronel ya no vive del carbón, hay agrupaciones que intentan conservar este lugar, recuperar o transformar en un espacio que recuerde la época del oro negro en la comuna.
